La temporada navideña es una época llena de festividades y celebraciones. Sin embargo, para muchos, puede representar un desafío mantener el equilibrio en su dieta. Por eso, aquí te compartimos algunas recomendaciones para que tus comidas semanales se adapten a la temporalidad sin comprometer tu bienestar.
Prioriza ingredientes de temporada
Una de las maravillas del cambio de estaciones es la variedad de alimentos que cada una nos ofrece. El invierno, en particular, trae consigo ingredientes llenos de sabor y nutrientes esenciales.
Priorizar estos alimentos en nuestras comidas semanales no solo nos beneficia desde el punto de vista nutricional, sino que también es una forma sostenible de alimentarse, ya que consumir productos de temporada reduce la huella de carbono asociada al transporte de alimentos.
Frutas invernales
Las frutas que suelen ser protagonistas de esta temporada incluyen:
- Mandarinas: Perfectas para llevar como snack o añadir a ensaladas, están cargadas de vitamina C para reforzar tu sistema inmune en esta temporada.
- Manzanas: Versátiles y deliciosas, las manzanas son ideales para asar, hacer purés o simplemente comer al natural.
- Peras: Con una textura suave y un sabor dulce, pueden ser una deliciosa base para postres o simplemente consumirlas frescas.
Verduras y hortalizas del frío
La temporada fría también trae una rica variedad de vegetales:
- Calabaza: Es un alimento muy versátil que puedes incorporar en sopas, guisos o pasteles.
- Brócoli: Rico en fibras y antioxidantes, es perfecto al vapor, salteado o incluso en preparaciones al horno.
- Espinacas: Puedes añadirlas frescas en ensaladas o cocidas en distintas comidas semanales. Son una excelente fuente de hierro y vitaminas.
Modera las porciones
En las celebraciones es común que haya abundancia de comida. No te restrinjas de probar esos platillos especiales, pero sí cuida las porciones. Una buena táctica es usar platos más pequeños para servirte, así tendrás una percepción de haber comido suficiente sin excederte.
Mantente hidratado
Con el frío, es común olvidar beber agua. Sin embargo, la hidratación es crucial. Además del agua, puedes optar por tés e infusiones calientes que, además, te aportarán una sensación de confort.
No te saltes comidas
Pensar en “ahorrar” calorías para la cena de Navidad o Año Nuevo, omitiendo comidas, no es una buena estrategia. Esto puede llevarte a comer en exceso más tarde. Mantén tus comidas regulares y equilibradas.
Añade movimiento a tus días
Con las vacaciones y festividades, es posible que tu rutina de ejercicio se vea afectada. Busca oportunidades para moverte:
Aprovecha las actividades recreativas de temporada
- Patinar sobre hielo: Muchas ciudades instalan pistas de patinaje durante la temporada invernal. Es una actividad divertida que involucra varios músculos del cuerpo y mejora el equilibrio.
- Caminatas invernales: Si vives en un lugar con paisajes nevados, aprovecha para dar paseos y disfrutar de la belleza del invierno. Si no hay nieve en tu región, simplemente disfruta de la frescura del aire invernal en parques o jardines locales.
Integra ejercicios en casa
- Rutinas de YouTube: Existen miles de rutinas y ejercicios que se adaptan a distintos niveles de condición física. Puedes encontrar desde yoga y pilates hasta entrenamientos de alta intensidad.
- Apps de ejercicios: Si prefieres una guía más estructurada, hay aplicaciones que te ofrecen rutinas diarias adaptadas a tus objetivos y capacidades.
Crea tradiciones activas
- Baila: Después de la cena navideña, coloca música y baila con la familia. Es una forma excelente de quemar calorías y al mismo tiempo pasar un momento divertido.
- Juegos en familia: Organiza juegos que involucren actividad física, como carreras de sacos, juegos con pelota o cualquier otro que implique moverse.
Equilibra postres con opciones saludables
Si un día tienes una cena copiosa, al día siguiente opta por comidas más ligeras y ricas en vegetales. Esto te permitirá disfrutar de las delicias navideñas sin sentirte sobrecargado.
Disfruta conscientemente
Más allá de lo que comas, la forma en cómo lo haces también cuenta. Come despacio, saborea cada bocado y disfruta de la compañía. Al estar presente en el momento, es más fácil reconocer las señales de saciedad de tu cuerpo y evitar el consumo excesivo.
En resumen, la temporada navideña es una época para disfrutar y celebrar. Con un poco de planeación y toma de decisiones conscientes, puedes adaptar tus comidas semanales al espíritu festivo sin comprometer tu salud y bienestar. ¡Disfruta de la temporada con equilibrio y alegría!
